Sonórica 2025
Este fin de semana, Castro-Urdiales ha sonado más fuerte que nunca. El festival Sonórica 2025 ha convertido el Estadio Riomar en el corazón palpitante de la música en directo. Dos días de emociones, saltos, letras coreadas a pleno pulmón y esa magia que solo se siente cuando miles de personas laten al mismo ritmo.

Viernes: cuando las canciones se convierten en himnos compartidos
La primera noche arrancó con fuerza. Más de 12.000 personas bailaron, cantaron y se dejaron llevar por un cartel que no decepcionó. Viva Suecia, con su fuerza melódica y su conexión brutal con el público; Mikel Izal, que llenó el estadio de historias que ya sentimos como nuestras; y Siloé, que supieron mezclar energía electrónica con emoción en estado puro. Fue una noche para recordar, una de esas que no quieres que terminen.
Sábado: música que toca el alma
El sábado nos regaló uno de los momentos más emocionantes del festival. Rulo y la Contrabanda jugaban en casa, y eso se notó desde el primer acorde. Entre canción y canción, entre Verano del 95 y Noviembre, se abrió un pequeño espacio para un homenaje sincero: Rulo dedicó su concierto a su hijo fallecido, en su primer directo en Cantabria desde entonces. Se nos encogió el corazón, y luego volvió a latir con fuerza. Porque la música también cura.

Y si hablamos de energía, Dani Fernández se dejó la piel en el escenario. Desde el primer acorde, su entrega fue total, conectando con un público que no paró de cantar y bailar cada tema.

Su carisma y sinceridad crearon una atmósfera única, casi mágica, en la que se sintió la comunión entre artista y asistentes. Acompañado por una banda que sonó potente, que supo darle fuerza y matices a cada canción, Dani hizo de su concierto una auténtica celebración de la música en directo. Su repertorio mantuvo al público completamente entregado, dando forma a un espectáculo vibrante que se cerró con su éxito Me has invitado a bailar, dejando a todos con ganas de más y demostrando que su nombre está más que consolidado en la escena.

Love of Lesbian: cierre a la altura
Y entonces llegó el turno de Love of Lesbian. Con Santi Balmes al frente, la banda ofreció un espectáculo lleno de fuerza y sensibilidad, desplegando toda su experiencia en el escenario. El estadio se transformó en un gran coro, donde miles de voces se unieron para cantar junto a ellos, creando una atmósfera cargada de emoción y energía compartida. Cada canción fue recibida con entusiasmo, mientras el público vibraba y se entregaba a un recorrido musical que fue tanto una celebración como un momento de reflexión. La puesta en escena, la calidad sonora y la conexión con la audiencia dejaron claro por qué Love of Lesbian es uno de los referentes actuales de la música en directo. Por sorpresa, nos regalaron una colaboración con Dani Fernández. Fue un cierre impecable para una edición que ha superado todas las expectativas, consolidando a Sonórica como uno de los festivales más destacados del verano.

Nuevas voces que ya queremos volver a escuchar
El escenario principal se abrió con la propuesta delicada y elegante de Carlos Ares, una joya en crecimiento que muchos descubrieron en Sonórica y ya se guardan en su playlist.

Y en el escenario Sirenas, la música fluyó como las olas. La cántabra Paula Vázquez abrió la jornada del sábado con una voz que pisa fuerte, seguida de una delicada Yarea, que envolvió al público con su universo de pop suave y emocional. Luego llegaron Marlena, que subieron al escenario con una energía imparable. Dieron todo lo que tenían, entregándose por completo a cada canción y contagiando al público con su pasión y fuerza. Su actuación fue un despliegue de talento y compromiso, mostrando una conexión genuina con la audiencia que se tradujo en un ambiente vibrante y emocionante. Con la voz inconfundible de Ana Legazpi, que ya nos hemos guardado en el bolsillo, y la guitarra y presencia escénica de Carolina Moyano, que aportó una base sólida y emocional a cada tema, Marlena demostraron que su música no solo se escucha, sino que se siente, y dejaron una huella imborrable en esta edición del festival.

Entre actuaciones, el icónico King África hizo bailar hasta a los más tímidos con sus clásicos de siempre, y el cierre del festival lo puso Coolnenas, con una sesión vibrante que nos hizo mover hasta el último minuto.

Gracias, Sonórica
Gracias a la organización, a los técnicos, a los artistas, a la gente que hizo que este festival sonara así de bien. Castro-Urdiales ha vivido un fin de semana de música y emociones que se quedará en la memoria colectiva de este verano. Sonórica 2025 ha terminado, pero ya suena en el aire la pregunta: ¿Y el año que viene? Porque sí, claro que volveremos.